Este post fue escrito por Marielos Sansón, estudiante de Ingeniería Industrial con enfoque en operaciones de Stanford University. Ella trabajó con nosotros como pasante en el verano de 2013.
La primera clase de emprendimiento que tomé en Stanford concluyó con una presentación a cinco inversionistas ángeles de Silicon Valley. Habíamos pasado el trimestre entero trabajando en una idea de negocio para presentarles al final. Todos nos habíamos enfocado mucho en tener “la mejor idea”, y por lo tanto, fue una sorpresa cuando uno de los inversionistas le dijo a un grupo que le había gustado mucho la dinámica del equipo. Explicó que cuando él invertía en un startup, no era tanto porque le parecía excelente la idea sino porque le parecía excelente el equipo.
Esa fue la primera vez que me hablaron de la importancia de tener un buen equipo fundador. Seguí tomando clases de emprendimiento y esta idea siempre estuvo presente. Siempre expresaban cómo el éxito de un startup no depende de la idea original, sino del equipo fundador, ya que un buen equipo es capaz de dar vuelta a una mala idea, pero una buena idea no vale nada sin un buen equipo para ejecutarla.Sin embargo, nunca le había dado tanta importancia a este concepto hasta que tuve la oportunidad de trabajar en Ubiqua este verano. Fue aquí que logré presenciar a qué se referían con “un buen equipo fundador”.
Considero que las tres cualidades más importantes que los clasifican como tal son las siguientes:
